Suena el timbre 7 veces. Llegó mercadolibre, comienza a llamarme por teléfono el cadete, nadie de mi familia está en la casa como para abrir la puerta ¿Cómo pido permiso para salir?

 

Un paciente en sesión: entra su padre a recordarle que tienen que salir. El paciente se sonroja incómodo: “si papá, yo te aviso cuando vamos”.

 

Baja un gato callejero al patio en busca de comida, mi perro (quien desde el 2020 se acostumbró a dormir mientras atiendo) se pone a ladrar vehementemente y sólo se va a calmar si lo reto con contundencia ¿Como se hace para no incomodar al paciente con esta situación?

 

De repente pienso, en el consultorio pasaba también: alguna colega que tocaba timbre porque olvidó la llave, llegaba el cartero, asistían adultos acompañados con algún familiar que intentaba hablar con nosotros también, algún niño que abría la puerta pensando que era la puerta del baño… Ni hablar la vez que estaba con un paciente en el consultorio y hubo un temblor de 4.8 (E.R.), bajamos corriendo por la escalera y ¡vaya que compartimos el miedo!

 

Entonces ¿Por qué me incomoda más? 

Quizás sea porque temo que algunos aspectos de mi vida privada puedan entreverse aquí y servir a las resistencias en el tratamiento. 

Quizás porque no sé cual es el marco que el paciente va a disponer para tener su encuentro analitico. 

 

Sin embargo, repasando algunas ideas de Freud no puedo evitar reflexionar que las resistencias van a aparecer más allá de ciertos eventos fortuitos. 

 

¿Acaso él no atendía en su casa o dando caminatas? ¿Por qué como analistas nos conflictuamos tanto con algunas situaciones siendo que pueden ser usadas como motivos para seguir pensando lo que al paciente le está pasando? 

 

Quizás lo más interesante de este tipo de situaciones es lo invariante: tomar una actitud analítica (Bion, 1965) sobre aquello que sucedió y que sea también una ocasión de análisis. Esto no nos habilita a descuidar el espacio donde brindamos asistencia, es decir, es parte de nuestra responsabilidad velar por ese espacio de intimidad del paciente… Pero también puede ser un pretexto para continuar analizando y pensando. 

 

Posterior a los ladridos del perro, la paciente pregunta su nombre y refiere cuanto extrañaba al suyo que había muerto, lo que posibilitó que hablara de sus soledades. A partir de allí las sesiones posteriores comienzan con la pregunta de la paciente: “¿Cómo está Teo hoy?”, algo que afianzó el vínculo terapéutico y permitió que la paciente se permita hablar de sí misma con mayor apertura.

 

Solo bastó salir de mi propia incomodidad, recuperar el encuadre interno y escuchar lo que en ella movilizó la situación; volver al eje de los radares y antenas invisibles propios del encuadre interno (Alizade, 2002). 

 

En torno a esto, a fin de seguir reflexionando sobre este nuevo modo de hacer psicoanálisis en línea, Pichón Riviere plantea que el Esquema Conceptual Referencial Operativo no es algo cerrado, sino que está en permanente construcción, que lo saludable implica una adaptación activa a la realidad. Es decir, modificar operativamente la realidad, para transformarla creativamente. 

 

¿Vamos a ser capaces de atender a esta persona con todo lo que conlleva que las sesiones sean desde un marco aleatorio? ¿Que deberíamos cambiar del modo de pensar el encuadre para esta modalidad remota de trabajo?

 

Liberman, A. (2018) plantea “Freud alude a su judaísmo como característica que ayudó a sobrellevar el rechazo inicial y el aislamiento de los primeros años del psicoanálisis (…) me pregunto si esta alusión a la travesía heroica y solitaria sigue vigente. Si realmente es virtud o inercia. O si es necesario atender a las resistencias actuales en su valor sintomático, esas que señalan que es mucho lo que reclama ser pensado y modificado, en aras de continuar vigentes….

Ahora bien, la permanencia del trabajo online en la post pandemia ¿Replica una des-ligazón narcisista entre sujetos? ¿Sirve como ruptura para repensar la teoría?  Como cita en su texto Ungar, V. (2022) ser no es lo mismo que devenir, esto último hace alusión al constante cambio que está presentando nuestra disciplina, con un contexto distópico y una producción de subjetividades muy diversa. 

Caso por caso” palabras que me resuenan siempre que le busco la vuelta a este modo de trabajo actual, no todos los pacientes pueden ser analizados de manera online y tampoco podemos pensar que todos los que asisten online lo hacen por comodidad, quizás también es una puerta para quienes viven en grandes ciudades, tienen enfermedades o situaciones físicas que complican la regularidad, viven en países donde no se habla el mismo idioma… muchas situaciones para pensar y reflexionar.

 

Con el método analítico, hemos desarrollado una herramienta muy valiosa, probada y pulida. Sin embargo, creo que la hemos encerrado en una caja de cristal. Con esto no estoy diciendo que la práctica en el consultorio no tenga futuro. Por el contrario, en una cultura como la nuestra en la que la “intimidad se ha vuelto un espectáculo” como señala Paula Sibilia (2008), se hace necesario redoblar la apuesta porque, para muchos, la única oportunidad de contar con un espacio íntimo e indispensable para la creatividad es justamente la sesión de análisis” (Ungar, Ob. cit).

 

Quizás aquello que obtura la actitud psicoanalítica es creer que hay un único modo de hacer psicoanálisis… ya sea presencial, virtual, en una institución, de manera privada; tal vez el único modo de conservarlo es preguntándonos constantemente que estilo necesita para que sea posible con esta persona, en esta época, desde este lugar.

 

“Cambia lo superficial

Cambia también lo profundo

Cambia el modo de pensar

Cambia todo en este mundo”

(Julio Numhauser)

👩‍⚕️Eliana Ditomassi
Lic. Psicología
Mp 7982

BIBLIOGRAFÍA

Alizade, Alcira (2002) “El encuadre interno” FePAL.

Bion, W. (1965). Transformaciones. Del aprendizaje al crecimiento. Buenos Aires.

Freud, Sigmund (1924) “Las resistencias al psicoanálisis”, Amorrortu, Buenos Aires.

Liberman, Adrián (2018) El tapiz de Penélope: las resistencias al psicoanálisis en el mundo digital.

Liberman, David (1978) “El diálogo psicoanalítico y la complementariedad estilística entre analizando y analista” Revista Uruguaya de psicoanálisis.

Numhauser, J (1973) Letra de canción “Cambia todo cambia”. 

Ungar, Virginia (2022) La práctica psicoanalítica en tiempos de distopía. Revista Psicoanálisis Nº 27. Lima.