No hay mejor momento para que un niño aprenda a comunicarse, que las interacciones de ida y vuelta con sus cuidadores. 

Si bien que te escuche decir palabras es algo importante, lo más importante es que el niño/a participe activamente de la interacción. 

Los estudios muestran que cuantas más interacciones de ida y vuelta mantiene un niño de forma activa, mejor serán sus habilidades lingüísticas más adelante.

 

¿Qué aprenden los niños durante las interacciones?

Durante las interacciones, ellos aprenden muchas habilidades que no aprenderían solamente escuchando a alguien hablar. Entre esas habilidades están:

  • Comenzar una interacción
  • Decidir cómo y cuándo tomar su turno
  • Repetir o cambiar su mensaje si no fue entendido
  • Usar palabras y gestos para apoyar lo que quiere comunicar
  • Hacer preguntas para desarrollar su comprensión
  • Usar su conocimiento, experiencias y habilidades de resolución de problemas para expresar su propio punto de vista

 

¿Por qué es tan importante tomar turnos?

Turnarse en las interacciones no sólo promueve el lenguaje, sino también el razonamiento, el pensamiento y el desarrollo social. Fortalece la confianza de los niños/as para comunicarse.

 

¿Cómo identificar los turnos si mi hijo habla poco o no habla aún?

Cada vez que tu hijo te envía un mensaje, está tomando su turno en la comunicación. Dependiendo de las habilidades que tenga o de cómo elija comunicarse en cada momento, su turno puede ser:

  • Mirándote
  • Haciendo un sonido
  • Señalando algo
  • Haciendo gestos o expresiones faciales
  • Con palabras

 

Es importante identificar estas maneras que tiene el niño de tomar su turno, sobre todo las más sutiles que podrían pasar desapercibidas. De esta forma, no te vas a perder de ninguna y vas a poder continuar con la interacción por un tiempo prolongado.

 

¿Cómo hago para mantener una interacción?

Las mejores interacciones para la comunicación y el lenguaje, son las que están basadas en lo que a tu hijo/a le gusta y disfruta. Por ejemplo, si le gusta el agua, podrías hacer lo siguiente:

  • Observá: fijate qué hace o dice tu hijo/a. ¿Le gusta salpicar? ¿Prefiere llenar un balde y tirar el agua? ¿Le gusta meterse?
  • Esperá: si esperás sin decirle al niño lo que tiene que hacer, le das la posibilidad de explorar y experimentar. Además, le permitís enviar su mensaje para comenzar con la interacción. 
  • Escuchá: escuchá lo que te dice, sin interrumpir ni corregir. De esta manera le hacés saber que le estás prestando atención y que te interesa lo que tiene para comunicar.
  • Seguile la corriente: una vez que tu hijo/a pudo comunicar lo que le interesa, podés unirte a él siguiendo su juego y agregando sonidos y palabras que coincidan con sus acciones. Por ejemplo, si explota una burbuja y te mira, podés decirle: “explotaste la burbuja! PUM!”
  • Interpretá el mensaje: si ves que tu hijo está cargando un balde, y cuando tira el agua a la pileta, lo señala o te mira, poné en palabras lo que creés que está tratando de decirte: “tiraste toda el agua! no hay más.”

 

Si tu hijo no realiza ninguna acción para comenzar una interacción, hacelo vos. Agarrá tu balde, llenalo con agua e imitá lo que él está haciendo. La imitación es una de las mejores formas de captar su atención. Después, esperá para que tu hijo/a sepa que es su turno de hacer o decir algo. 

Siempre intentá mantener las interacciones todo el tiempo que dure el interés del niño!

 

 Cecilia Ordoñez
Licenciada en Fonoaudiología
M.P.: 8521