Es una creencia bastante frecuente, pensar que si le enseñamos gestos a un niño que está teniendo dificultades en su lenguaje, estamos perjudicando el proceso, que el niño se va a quedar con esos gestos y no va a desarrollar lenguaje oral.

Por el contrario, cuando le enseñamos gestos a un niño que no está pudiendo comunicarse con palabras, le estamos dando una herramienta que suma. Aprender e imitar un gesto o una seña, es más fácil que aprender palabras. Un niño que no habla (o habla muy poco) está muy limitado en su comunicación: no puede pedir algo que quiere, no puede mostrar algo que vio, no puede contar algo que hizo, etc. La comunicación precede al lenguaje. Para que aparezcan las palabras, es necesario que antes, el niño se comunique. Los gestos son una buena herramienta para que el niño pueda no sólo expresar, sino también comprender muchos aspectos de lo que lo rodea. Es claro que, si el niño tiene una dificultad en su lenguaje, el objetivo final será que incorpore palabras (no pretendemos que se quede con gestos) pero mientras eso ocurre, le estamos brindando una herramienta para que pueda comunicarse, y al poder comunicarse mejor, el niño querrá seguir haciéndolo, se frustrará menos, y al mejorar la comunicación en general, abrimos camino a que aparezcan las palabras.

No te preocupes, que cuando esté listo para decir palabras, el solo dejará a un lado los gestos, porque son como un “bastón” que ya no necesitará para poder expresarse. 

 

Cecilia Ordoñez

Lic. en fonoaudiología

MP: 8521