Estos consejos son para ti

He aquí 8 consejos desde la psicología para quienes emigran:

  • Paciencia. Fácil decirlo, difícil hacerlo. Paciencia contigo mismo/a, con tu propio proceso de adaptación, con tus emociones, ningún sentimiento estará bien ni mal: enjuiciar lo que sentimos ante una experiencia que atraviesa aspectos tan profundos e íntimos sólo serviría para añadirnos un plus de malestar. Recuerda que las emociones son necesarias, muchas de ellas nos protegen y nos dan mensajes. No podemos elegir lo que sentimos, pero sí podemos pensar qué nos trae y qué podemos hacer con ello. Por otro lado, paciencia con los tiempos institucionales y del estado del lugar al que hayas ido, que tal vez sean diferentes a los de tu país de origen, a lo que esperabas o te habían contado.

 

  • Establecer prioridades y tiempo de descanso. Vamos paso a paso. Establece un orden lógico de cuestiones a resolver y ve tachando una por una a medida que las resuelvas. Separa un día, una mañana, algún momento para olvidarte por completo de los trámites y hacer algo que disfrutes y te desconecte, por ejemplo salir a caminar, escuchar música, organizar alguna reunión social. Tu mente te lo va agradecer.

 

  • Diario personal. Recomiendo escribir todas las mañanas al menos 20 minutos de corrido sobre todo lo que ronda por tu cabeza y tu corazón, sin pensar en la estética ni en lo que es correcto gramaticalmente. No te llevará mucho tiempo y todos podemos contar con hojas y lápices. Recuérdales a quienes te rodean que respeten la privacidad de tus escritos. Esta es una forma efectiva de disminuir la ansiedad, la rumiación y de empezar el día más livianos sin importar cuál sea nuestra circunstancia. Nota: Evita releer lo que escribiste.

 

  • Red de contención. Busca interactuar con personas que estén pasando por lo mismo que vos cuando necesites sentirte comprendido/a. Hay ciertas cosas que sólo quienes emigran y atraviesan el duelo migratorio entre otras cosas, pueden entender. Aún así, es importante que sepas que los vínculos que mantengas con las personas de tu país de origen van a cambiar, se van a transformar. Algunos quizás se van a perder y otros se fortalecerán. Recuerda que quienes se quedan también atraviesan su propio duelo por tu partida. Además, ten en cuenta que establecer vínculos cordiales y significativos con personas nativas u otros grupos étnicos de tu nuevo hogar, aumentará las posibilidades de adaptarte adecuadamente y disminuirá tu nivel de estrés.

 

  • Insistencia. Persevera con tus metas y objetivos, no te des por vencido ni aún vencido, quizás al principio parezca complejo, confuso y que el tiempo no avanza, que no se obtienen las respuestas de forma inmediata como lo necesitamos. Ten en cuenta que esperar, es algo de lo que casi nadie puede escapar durante la primera etapa al haber emigrado. Esperar citas, esperar respuestas, esperar papeles. En estas instancias siempre es bueno recordar los motivos por los cuales decidiste irte de tu país de origen.

 

  • Olvidarse de los “debería”. Cada proceso es único, no hay fórmulas en esto. Hay quienes llegan a un lugar y automáticamente hacen amigos, consiguen trabajo y se sienten a gusto rápidamente en su nueva comunidad. Para quienes tienen un fuerte arraigo con su comunidad de origen, esto puede presentar mayores barreras. Puede llevar más tiempo o tal vez suceder en diferente orden. Ninguno es mejor que el otro, las necesidades de cada quien son diferentes. Respeta tus límites, lo que puedes en este momento y lo que no, y deja atrás lo que “debería” suceder. Aún así, si hay algo que te preocupa o hace ruido, consulta con un psicoterapeuta.

 

  • Apertura y flexibilidad. Emigrar no significa anular tu identidad y de dónde vienes. Pero tampoco significa imponer tu cultura en una sociedad diferente. Busca aquellas cosas de la nueva cultura que te gusten y hazlas propias, ahora forman parte de tu nueva identidad en el extranjero. Alguna comida, alguna canción, alguna tradición del lugar. Comparte con los demás las cosas de tu cultura que amas, y cuéntales también lo que amás de la cultura que estás conociendo. De esa manera podrás mantener viva tu cultura original y sentirte aceptado por los miembros de la nueva cultura.

 

  • Espacio psicoterapéutico. Si tienes la posibilidad de contar con un espacio psicoterapéutico, el mismo te ayudará a enfocarte en tus recursos, potencialidades, en adquirir nuevas herramientas para afrontar lo que estás vivenciando, como por ejemplo angustia, miedos (o a la deportación, la discriminación, la falta de dominio del inglés u otro idioma, el estatus migratorio y la separación de la familia, entre otros), frustración, ansiedad y el aumento del nivel de estrés que toda persona que emigra atraviesa. Escucharte a ti mismo y ser escuchado y alojado por un otro libre de juicios puede ser el acompañamiento que estés necesitando.

 

Julieta Muchiutti

Licenciada en Psicología

M.N. 75988