La «capacidad » para ser  madre

 

    Una mamá de mediana edad viene a la consulta con una beba de 3 meses, de enormes ojos negros y vivaces y totalmente rosada ( si realmente rosa, su piel y toda su ropa eran de ése color). Se sienta frente a mi y rápidamente antes de que le pregunte por los antecedentes del niño, me dice:- «Es del corazón.  No la tuve en la panza. Por éso quería que llegue rápido esta consulta,  quiero preguntarle un montón de cosas» dice sonriendo . En realidad las preguntas no fueron tantas, pero sí muy importantes. Ella escuchaba con gran interés lo que respondía. Anotó en una libreta todas mis indicaciones y se fue. 

    Cinco días después vuelve y me pide que pese a la niña.  Le pregunto por sus dudas y me dice -» Ud dijo que el peso era muy importante para ver si se alimenta bien y si está sanita. Quiere saber si aumentó algo»  La pesamos, calculo el aumento diario esperado para su edad y le aseguro que todo va muy bien. Se disculpa por su ansiedad y me cuenta: – Hace 11 años que me casé, siempre quise tener muchos hijos.  Después de años de tratamientos que no resultaban, cuando con mi marido habíamos desistido de seguir intentando me llaman del Equipo de Adopción y me dicen que nos esperaba una beba de 3 meses. No lo podíamos creer, pero bueno ya está aquí »   Se retira acordando una nueva consulta al mes ,pero vuelve pocos días después: – Vuelvo porque anoche le escuché un ruidito  cuando respiraba, no se si era el pechito o la nariz,  no sé si será normal o no».

    Al finalizar este nuevo examen y asegurandole que todo estaba muy bien, me dice :- Sabe que pasa?, yo creo que a las madres biológicas la naturaleza les da un instinto para ser madres. Pienso que ellas pueden darse cuenta más rápido de lo que le pasa al hijo. »    Le pregunto que hizo durante todos los años de espera, me cuenta:

-» Tengo muchas plantas, me gustan, me crío mi abuela, mi mamá se separó de mi padre cuando yo era muy chiquita y tuvo que trabajar mucho,  soy hija única y me cuidó mi abuela. Ella me enseñó sobre las plantas, tenía » mano verde» cuando a las vecinas se les arruinaba una planta,  se la traía para que ella las 

» reviviera» . Le gustaban los animales,  en casa siempre tuvimos animales,  perros abandonados, conejos, cobayos , palomas heridas ( me dice sonriéndole a algún recuerdo). Ella murió hace años, yo la cuidé hasta el final, no veía por la diabetes, perdió la vista. Ella me enseñó todo » El recuerdo le humedece los ojos y entonces puede ver con claridad, me dice:-» Ella me enseñó a ser madre».

   Nos quedamos conversando. Ése corazón atento y tierno para lo pequeño y vulnerable, ésa capacidad para salir de sí mismo y poder ver las necesidades de un ser necesitado de cuidados, ésa mirada esperanzada en el desarrollo completo y feliz de un ser pequeño e inmaduro quizás sean las condiciones necesarias.  La acompaño a la puerta, los ojos atentos de su pequeña hija me miran con atención:

– «Quedate tranquila, ella te ayudará «

 

Silvia Beatriz Mercado

Médica especialista en pediatría

MP 18048

ME 8244