Ser piel es cuidar el contacto, la cercanía, el abrazo que contiene, consuela, alegra.
Ser piel es recorrer la memoria emotiva puesta en el cuerpo.
Ser piel es proteger cada centímetro de cuerpo en los encuentro entre grandes y pequeños cuando comienza cada juego.
Ser piel es envolver de emociones cada músculo del cuerpo.
Ser piel es tocar lo más íntimo en la mente de cada uno, con su merecido respeto, despertando sensaciones de amparo, refugio o desolación.
Te invito a conocer tu piel, la que habla de las historias vividas y las necesidades más profundas.
Te invito a ser piel en cada abrazo, en cada palma, en cada caricia, en cada mejilla.
Te invito a vestir la piel de emociones, de historias, de vínculos, de lugares.
Macarena Guzmán
Lic. Psicología
MP 9379