En la vida diaria y en el consultorio se utiliza esa palabra muchas veces. Parece la justificación a una fuente de malestar, que no podría o no sabemos de que otra manera nombrarla. Es tan propia, pero al mismo tiempo tan dependiente de otros. Algunas veces la usamos para decir porque no podemos hacer algo, o porque nos sentimos tan insignificantes para otros. La auto-estima o “sentimiento de si” como la nombraba Freud, se podría describir sencillamente como la valoración que uno tiene de si mismo. Involucra los sentimientos, los pensamientos y nuestros actos. Es decir que puede ser una fuente de motivación o de inhibición de acuerdo a como nos percibimos internamente. Pero también es engañosa, ya que algunas veces podemos empeñarnos en satisfacer las expectativas de los demás, creyendo que nuestra autoestima mejorara, pero es tal la sorpresa cuando vemos que ese no es el camino. 

La autoestima cuando esta fortalecida nos ayuda atravesar situaciones dolorosas, como las que nos trae la ruptura de una relación de amor, o nos empuja cuando tenemos miedo al fracaso. Pero requiere de tiempo para conocerte y poder descubrir cuanto te valoras a ti mismo.

 

 ¿Que estas dispuesto a perder con tal de sentirte mejor?. 

 

Así, no te enfocas en las perdidas, sino en lo que ganas para vos.

.

.

Lic.  Daniela Agüero《

M.P. 9806