¿Qué es la depresión?
Según la OMS, la depresión es distinta de las variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana. Puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando es de larga duración e intensidad moderada a grave, y puede causar gran sufrimiento y alterar las actividades laborales, escolares y familiares. En el peor de los casos puede incluso llevar al suicidio.
¿Cuáles son sus síntomas?
- descenso marcado en el estado de ánimo,
- pérdida de interés y de la capacidad de disfrutar, y
- reducción de la energía que produce una disminución de la actividad,
- síntomas de ansiedad,
- alteraciones del sueño y del apetito,
- sentimientos de culpa y baja autoestima,
- dificultades de concentración.
Dependiendo del número y de la intensidad de los síntomas, los episodios depresivos pueden clasificarse como leves, moderados o graves.
¿Cuáles son los factores contribuyentes?
Hay diversos factores que contribuyen a la aparición de depresión, siendo el resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos. Por lo tanto, quienes hayan pasado por circunstancias vitales adversas (situaciones traumáticas) tienen más probabilidades de sufrir depresión. A su vez, la depresión puede generar más estrés y disfunción, y empeorar la situación vital de la persona afectada. Existe también una relación entre la depresión y la salud física; así, por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares pueden producir depresión, y viceversa.
¿Cómo debe tratarse?
El tratamiento de la depresión dependerá de las características específicas de cada cuadro y será personalizado. Básicamente, el tratamiento se compone de psicoterapia y farmacoterapia. Igualmente, es de suma relevancia hablar de la depresión como parte fundamental para iniciar el tratamiento. La estigmatización de las enfermedades mentales, incluida la depresión, sigue siendo un obstáculo para que las personas de todo el mundo pidan ayuda. Hablar de la depresión, ya sea con un familiar, amigo o profesional de la salud, o en contextos más amplios (como la escuela, el lugar de trabajo y los entornos sociales) así como también en el ámbito público (medios de comunicación, redes sociales, etc.), ayuda a eliminar dicha estigmatización, contribuyendo a que las personas afectadas inicien un tratamiento adecuado.
La depresión en el mundo de hoy y desde una perspectiva psicoanalítica
Estamos en una sociedad que ama las respuestas pero rechaza las preguntas. El ser humano actual tiende a tomarse a sí mismo como una máquina que no debe fallar nunca y no acepta las disfunciones propias de su cualidad de ser humano.
Para el psicoanálisis la depresión es un afecto que tiene que ver con las dificultades que una persona puede experimentar para engancharse en su propio deseo, es decir, al hilo que nos sostiene unidos al sentimiento íntimo de la vida, que es absolutamente singular en cada caso.
El deseo es un concepto fundamental en psicoanálisis, aunque difícil de definir, porque no tiene que ver con ningún objeto concreto, sino con una falta que opera como “causa”. Lo que causa nuestro deseo es un operador que es muy importante localizar porque es lo que nos da solidez y nos une al sentimiento de alegría por estar vivos.
La escucha en una terapia psicoanalítica se dirige a localizar este operador fundamental. El tratamiento psicoanalítico para la depresión es una terapia que se enfoca caso por caso, donde la singularidad del modo de enfocar la vida de cada persona es esencial.
Lic. Natalia Gonzalez
Psicoterapeuta
MP 5365