La película animada nos acerca a hablar sobre qué implica crecer, los cambios que se dan a nivel psíquico y también a nivel social. Particularmente me interesa pensar sobre una de las emociones más comunes en nuestra época actual: la ansiedad. Si bien cada quien siente las emociones de una manera individual, única y subjetiva; hay cierto acuerdo social sobre qué significa sentir cada una de ellas.
En relación a la ansiedad, la misma es la preocupación excesiva y miedo ante situaciones cotidianas, produciendo toda una serie de síntomas físicos como la taquicardia, la sudoración, la respiración agitada, etc. Es una preocupación que se relaciona con la anticipación de peligros futuros, indefinibles e imprevisibles, y sobre cómo resolverlo adecuadamente.
En la película Intensamente 2 se puede ver cómo funciona la ansiedad, lo necesaria que es en su buena “dosis” y lo difícil que puede ser cuando la ansiedad es la única respuesta posible que encuentra un sujeto para tomar decisiones y resolver su vida. Da cuenta también del carácter rígido que asume, de la gran dificultad para ponerle límites; una
topadora emocional que se lleva puesto todo pensamiento positivo, agradable y resolutivo.
Quizás también podamos preguntarnos acerca de la ansiedad en nuestros tiempos, las crisis de ansiedad tan sentidas en nuestra sociedad y el modo “acelerado” en el que vivimos. Hay una gran proliferación de estos estados de confusión de ideas, de abrume mental acerca de situaciones que podrían pasar y el armado de escenarios mentales; todo eso en un tiempo en donde el mandato social es el de obtener resultados YA, de tomar LA mejor decisión (como si eso existiera y uno no pudiera retroceder y avanzar varias veces) y hacer las cosas de una manera perfecta (¿perfecta para quien?).
El espacio de psicoterapia es el lugar a donde uno puede acudir a ordenar algo de eso que parece tan caótico y terrible en momentos de ansiedad, para encontrar modos singulares de afrontar la vida y tomar decisiones, para reconocer los tiempos propios (más allá de los ajenos) y priorizar el deseo.
Por Paulina Rins
Lic. en Psicología