Es común que al leer esta pregunta pensemos que es una dicotomía y son opuestos, pero ¿Realmente lo son?
Partamos de definir ambos conceptos.
Coach
Un «coach» es un entrenador, principalmente era un término utilizado en lo deportivo, aunque actualmente se utiliza con frecuencia para distintos ámbitos, ya que en un sentido amplio, el coach es una persona que asesora a otra para impulsar su desarrollo profesional y personal.
Por tanto, el coaching es un conjunto de acciones orientadas a mejorar el desempeño de una persona, de manera que alcance todo su potencial.
Psicoanálisis
Por otra parte, el psicoanálisis es «Doctrina y método creados por Sigmund Freud para investigar y tratar los trastornos mentales mediante el análisis de los conflictos inconscientes».
En otros términos es una forma de terapia que utiliza principalmente la palabra y la escucha, para que el sujeto acceda a un conocimiento de algo que «desconoce» sobre sí mismo.
Freud decía que el psicoanálisis es una tarea imposible, dándonos con ello la pauta de que no es algo tan sencillo. Es un trabajo arduo, pero con resultados efectivos a largo plazo.
Habiendo esbozado ambas definiciones queda claro que son tareas distintas, cada una con su razón de ser de acuerdo a la demanda y a la situación que la persona/empresa está atravesando.
¿En qué momentos optar por una intervención desde el psicoanálisis?
Como psicóloga con orientación psicoanalítica me gusta pensar que el coach es un modo de psicoeducación, es adquirir herramientas de creación de hábitos y para ayudarnos a ordenar lo cotidiano en función de objetivos trazados a futuro.
El inconveniente es que “las Técnicas de motivación consciente, tienen un efecto hipnótico de dos-tres días, no más y la persona vuelve a su estado anímico anterior sin haber podido llevar a cabo ninguna transformación más o menos notoria”(Fondón, Miguel 2021). Es decir, con fuerza de voluntad no basta para dominar patrones inconscientes que tenemos asentados desde nuestra infancia.
“Inconsciente colectivo” en la empresa
Es necesario “pensar los factores psíquicos en torno a cualquier estructura empresarial porque es la suma de la psicología de muchas personas, cada una con su psiquis particular e independiente pero a veces determinada por pactos inconscientes que llevan al fracaso o al éxito empresarial por la existencia de sentimiento y afectos inconscientes que no siempre se tiene la herramienta adecuada para poder detectarlos”. (Fondón, M. 2021)
Por esto mismo, es necesario realizar un análisis minucioso del equipo de trabajo: modos de relacionarse, identificaciones, líderes, modos de motivación/desmotivación y obstáculos para la productividad. Para que con dicho análisis, las estrategias a implementar sean específicas y generen cambios a largo plazo.
Fracaso o triunfo: algo más que una mera decisión
No todo es tan lineal, fracasar o triunfar no es solo decidirlo, somos seres complejos atravesados por nuestra historia y nuestro contexto. Poder crecer en el ámbito de los negocios y las finanzas es algo que, en muchas oportunidades, nos genera sentimientos encontrados especialmente vinculados a la culpa.
¿Cómo puede la culpa ser el motor para destruir aquello que estoy buscando?
“Nada se gana, al contrario, todo se pierde, cuando nuestro deseo se cumple sin contento: vale más ser aquello que hemos destruido, que por la destrucción vivir en dudosa alegría” (Macbeth, Acto III, escena 2. Shakespeare)
Aunque suene extraño, esto es más común de lo que creemos. El primero en escribir sobre estas situaciones fue Freud: “« Aquí está justamente lo terrible: ahora que toda la dicha del mundo me es ofrecida a manos llenas, he cambiado, de manera que mi propio pasado me bloquea el camino hacia la felicidad». O sea, ella ha cambiado en el ínterin, su conciencia moral se ha despertado, ha cobrado una consciencia de culpa que le deniega el goce” (p. 332, Los que fracasan cuando triunfan. 1916).
Dicho en otros términos, cuando tenemos situaciones irresueltas que nos generan culpa nos negamos a nosotros mismos la posibilidad de triunfar, porque ese sería el “castigo” que merecemos; claro está que todo esto acontece en un plano inconsciente y precisa de un análisis para ser develado.
Actualmente encontramos muchos ejemplos de personas que, al conseguir aquello que anhelaban enferman y ya no pueden disfrutar ese momento; o, peor aún, sus actos son destructivos, por ejemplo, malgastan el capital de la empresa, rompen trato con los mejores clientes, desatienden u “olvidan” compromisos importantes, dan directivas poco claras o ambiguas que entorpecen el trabajo de los colaboradores, reciben ascensos que no pueden ser sostenidos por mucho tiempo o, a partir del ascenso, bajan la productividad; también hallamos dificultades en la toma de decisiones, estancamientos en el plan de carrera dentro de la empresa.etc.
Siguiendo con lo estudiado por Fondón, no es fácil admitir que no todo se desarrolla en el plano de la consciencia, sino que muchas de nuestras decisiones se basan en aquello que denominamos inconsciente. “Si todo fuera consciente, todo el mundo podría superar sus obstáculos, mejorar su economía, tener más y mejores relaciones sociales… y sin embargo vemos que no es así”.
Desde la conciencia sólo vemos la punta del iceberg de los conflictos en una empresa. Desde el psicoanálisis podemos prevenir, anticipar y proponer cambios a largo plazo, ya que nos enfocamos en descubrir lo que está debajo de la punta del iceberg y trabajamos con eso. Es por ello que consideramos de gran importancia una intervención psicoanalítica enfocada en la dinámica personal y grupal en torno a lo empresarial. Es un trabajo profundo, sí, pero puede ayudarnos a desarrollar aptitudes, sortear y prevenir obstáculos y conflictos, desandando patrones aprendidos y arraigados a nuestra personalidad.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Diccionario de la Real Academia Española. https://dle.rae.es
FONDÓN, MIGUEL. 2021. Psicoanálisis y Empresas. Madrid, España.
Freud, S. Obras completas. Ed. Amorrortu
Agüero Daniela Ditomassi Eliana
Lic. en Psicología Lic. en Psicología
M.P. 9806 M.P. 7982