¿A qué hora entran? ¿A qué hora salen?
¿Hay jornada extendida?
¿Aprender a hacer pool de transporte con mapadres? ¿Y si probamos con natación? ¿Algún idioma? ¿Qué días visitamos los abuelos?

Se asoma un croquis de agendas. Agendas personales, de pareja, de familia, de trabajo, de escuela y no menos importante de las infancias.

Cada día tiene su impronta y a cada día le cabe un tiempo de juego, de encuentro, de frenar el reloj y recoger lo vivido.

¿Será que podremos ir despacio en este año? ¿Será que podemos calmar el frenesí del que veniamos acostumbrados antes de la pandemia y transitar con más calidad el encuentro de cada día?

Te invito a que puedas mirar tu agenda del año. Si, esa agenda de papel o Google calendar, en la que pusiste algunos horarios de trabajo, algunos horarios de ocio. Mirala y te invito a que te lances a agendar horarios de encuentro con tu pequeño.

Agendar encuentros para que en la memoria emotiva los pequeños puedan recordar tu tiempo dedicado en juegos y en estar cuerpo a cuerpo.

La hora sagrada de encuentro es un aporte a la salud mental y vincular que hoy necesitan las infancias.

¿Te animas?

Macarena Guzmán

Lic Psicología

Mp 9379